El reciclaje de papel es un uso eficiente de los recursos ya que las fibras de la madera se utilizan más de una vez.

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Se imponen altas exigencias a la calidad y pureza de las fibras recuperadas, considerando cada paso de la cadena (recolección, clasificación, transporte, almacenamiento, uso), para garantizar productos seguros e higiénicos.

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El papel recuperado se puede producir a partir de papel de periódico, revistas y residuos de oficina recogidos. La elección de los grados de papel recuperado se realiza para cada producto, en función de sus requisitos específicos en cuanto a propiedades de rendimiento y brillo. El papel se disuelve en agua, se lava y se trata con productos químicos a alta temperatura y se tamiza para separar las impurezas.

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El blanqueo es un proceso de limpieza de las fibras que se utiliza frecuentemente. El objetivo es entonces conseguir una pulpa brillante, pero también conseguir una cierta pureza de la fibra para cumplir con las exigencias de los productos de higiene y, en algunos casos, cumplir con los requisitos de seguridad alimentaria.

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El blanqueo de la pulpa recuperada se realiza con agentes blanqueantes libres de cloro (peróxido de hidrógeno y ditionito de sodio). Excepto las servilletas naturales (kraft) que no están blanqueadas.

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Para los productos blanqueados se utilizan agentes blanqueadores (para aumentar el brillo de la pulpa del papel recuperado).